La producción de gas licuado de petróleo de Pemex, único productor del combustible en el país, acumula años a la baja, al tiempo que las importaciones suman alzas continuas. Históricamente el país se ha apoyado en las importaciones del combustible por encima de la producción local para cubrir la demanda pero la caída en las cifras ha aumentado la dependencia al combustible. A partir de mayo, Pemex dejó de importar gas LP para su consumo en México, ahora el sector privado es quien lo hace y se beneficia de los precios que consigue en la frontera, en comparación con el precio ofrecido por la petrolera estatal en sus centros de producción.
La producción, en los complejos petroquímicos y en las refinerías de la estatal, registró su baja más abrupta en 2015, pero la compañía ha arrastrado caídas continuas desde 2013. Mucho antes de eso, la media de la producción se situaba entre los 200,000 y 250,000 barriles diarios. Sin embargo el año pasado cerró con una producción diaria promedio de 100,460 barriles.
El mercado mexicano de gas LP consume diariamente 285,000 barriles diarios, de los cuales Pemex importaba 85,000 barriles al día y se producían en promedio 200,000; con la apertura en la frontera lo que ocurrió fue que los privados ya importan todo e incluso han comenzado a desplazar al producto nacional.
Esto ha dejado al país expuesto a las fluctuaciones internacionales en el precio del gas, que en las últimas semanas ha desatado cambios recurrentes en el sector, la imposición de precios máximos y la inconformidad de una parte de la cadena de suministro.
Los grandes distribuidores del país como Termigas y Grupo Tomza se han adueñado del norte y centro del país, por lo que Pemex cesó su intento de vender y ofrecer descuentos. Sin embargo, las compañías manejan rebajas de hasta 20% frente al precio oficial, lo que ocasiona que las terminales de la petrolera estatal se queden llenas de producto.
Algunas compañías, como la mexicana Jaguar, recibieron algunos contratos para la explotación de yacimientos que contienen gas durante las rondas energéticas, pero los niveles de producción aún son muy pequeños para satisfacer la demanda.
Las compañías privadas han comenzado a ganar mercado y aumentó significativamente en la reforma energética del sexenio pasado, los privados le arrebataron una gran parte del mercado a Pemex que ya solo importaba el 28.5%.