La OMC ha desarrollado una serie de indicadores para proporcionar información “en tiempo real” sobre las tendencias del comercio mundial.
El Barómetro sobre el Comercio de Mercancías, antes denominado Indicador de las Perspectivas del Comercio Mundial, es un índice fundamental que muestra los cambios del crecimiento del comercio mundial entre dos y tres meses antes que las estadísticas sobre el volumen del comercio de mercancías.
El Barómetro sobre el Comercio de Servicios, es un indicador coincidente que muestra la situación actual del comercio de servicios con cierta antelación respecto de las estadísticas oficiales. Ambos barómetros están destinados a complementar las estadísticas comerciales y las previsiones convencionales.
El Barómetro del comercio de bienes está diseñado para medir el impulso e identificar puntos de inflexión en el crecimiento del comercio mundial. Las lecturas de 100 indican un crecimiento en línea con las tendencias a mediano plazo, las lecturas superiores a 100 sugirieron un crecimiento por encima de la tendencia, mientras que las inferiores a 100 indican un crecimiento por debajo de la tendencia.
La OMC señalo que la lectura actual del barómetro se posiciona en 98.7, debajo del valor de referencia máxima de 100 puntos y ligeramente por debajo de la lectura de 99.5 de noviembre del año pasado, reflejando una pérdida de impulso en el comercio a principios de 2022, debido al repunte agresivo de los volúmenes comerciales del año pasado, como aquellas interrupciones en suministros que han frenado el repunte en el comercio internacional de mercancías, provenientes de las restricciones sanitarias del covid-19.
Este comportamiento puede ser a corto plazo y llevar a un cambio de armonía, una vez que las presiones en la cadena de suministro se vean en disminución, de acuerdo con datos del último Barómetro del Comercio de Mercancías de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Además, refirió que el índice de transporte de contenedores obtuvo un 97.2, mismo que cayo aún más por la tendencia, y dado que la congestión portuaria siguió siendo un problema constante, su tasa de disminución fue más lenta y podría presagiar un cambio en el futuro cercano.