Enviando una gran cantidad de barriles de petróleo diario a países de todo el mundo, México se posiciona como un importante exportador de crudo. Cuenta con seis refinerías locales en funcionamiento, otra en Estados Unidos contribuyendo al sistema nacional de refinación y otra en construcción, sin embargo las plantas se han visto limitadas en el objetivo del gobierno de producir el máximo combustible debido a la falta de inversión y PEMEX, siendo la empresa petrolera nacional depende de gasolina extranjera para lograr satisfacer aproximadamente la mitad de sus ventas en territorio mexicano.
Desde 2016, el precio de la gasolina ha sido controlado para evitar fluctuaciones abruptas derivadas de la volatilidad del precio del petróleo, aplicando estímulos fiscales al IEPS, disminuyendo las cuotas que se cobran por litro de gasolina y diésel. Actualmente, la jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT) reveló que intentar frenar la inflación por medio de los subsidios a la gasolina costaría cerca de 400 mil millones de pesos.
El alto costo de los subsidios a los combustibles implican una serie de dificultades principalmente para mantener en pie una de las promesas del presidente López Obrador, que el precio de la gasolina no aumente más que la inflación promedio durante el periodo que dure su mandato.
Se estima que los subsidios a la gasolina y diésel cuestan más del doble de las ganancias extraordinarias que obtiene el productor de petróleo debido al aumento de los precios del crudo. Se desea que asciendan unos US$2.390 millones los subsidios a la gasolina y diésel durante el mes de mayo, mientras que probablemente las ganancias de las exportaciones de crudo de la petrolera estatal sean menos de la mitad.
Rogelio Ramírez de la O, declaró en marzo que el gobierno cuenta con el margen para brindar un alivio fiscal incluso si el costo del diésel y la gasolina aumenta, puesto que el país se beneficia también de mayores ingresos petroleros. El gobierno se mantiene en cumplir la promesa de Andrés Manuel López Obrador de restringir el precio de los combustibles ampliando una exención temporal sobre el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios que se aplica a la gasolina como una forma de contener el alza de los precios y en consecuencia, disminuyendo la recaudación de impuestos del gobierno federal.