Transcurriendo la pandemia, la guerra y la inflación, molestando la economía alemana, crece un miedo ante una futura recesión, mientras el comercio espera estabilizarse en sus cadenas de suministros.
En los dos últimos dos años, Alemania se ha recuperado el comercio internacional, empezando con que ya disolvieron el atasco de buques portacontenedores en los puertos de Bremerhaven y Hamburgo.
De igual manera bajaron los precios para los contenedores y buques, ya que durante la pandemia del covid-19, en el 2020 había bajado la capacidad de carga u un aumento a la demanda de bienes del lejano oriente.
Una vez que las exportaciones de Alemania aumentaron en el mes de agosto, en la parte económica esperan un déficit en el último trimestre. Ante el aumento de los precios energéticos, como una pérdida de poder adquisitivo global, a raíz por la inflación “pesan como plomo sobre la economía de exportación alemana», según la Cámara de Comercio e Industria Alemana.
Según expertos, el alto costo de energía y la baja demanda, Alemania se presenta en un gran reto para sus empresas señala que «las perspectivas para el invierno son terribles», puesto que se espera que la escasez energética se agudice.
Según expertos, los altos costos de la energía y la baja demanda representan el mayor reto para las empresas germanas. Por su parte. Clemens Fuest, presidente del Ifo, señala que “las perspectivas para el invierno son terribles”, puesto que se espera que la escasez energética se agudice.
El Ministerio de Economía y Protección del Clima considera que para garantizar que no haya escasez de suministros durante el invierno boreal, los depósitos del país deben estar al 95% de su capacidad a más tardar el 1 de noviembre.
El canciller alemán, Scholz estima que para finales de 2023 Alemania podrá abastecer sin contar con el gas de Rusia, que hasta el inicio de la invasión de Ucrania proporcionaba al país un 55% del total de importaciones de esta fuente de energía fósil.