Es evidente que las Tecnologías de la Información, la informática y el uso de las aplicaciones mediante Internet avanzan mucho más rápido que las normas del Derecho. Este es el reto: empatar los caminos del Derecho Aduanero con el avance de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), pues la coincidencia de objetivos y la armonización entre el cuerpo normativo y la tecnología inciden cada vez más en la operación de las aduanas más avanzadas.
En este sentido, se tiene como antecedente que el 7 de diciembre de 2013 se aprobó en Bali el Acuerdo de Facilitación de Comercio (AFC), en el marco de las negociaciones de la Ronda Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Con ello, se establecieron en el orden jurídico nacional de los miembros de la OMC las bases para la simplificación y automatización de las operaciones y trámites de comercio exterior, así como para la transmisión de documentos electrónicos y digitales válidos mediante el uso de tecnologías de punta y de Internet en las aduanas.
Las reformas a la Ley Aduanera de México en 2013, 2018 y 2020 han modernizado el comercio exterior, incorporando figuras y actos administrativos digitales e informáticos. Estas modificaciones, influenciadas por organismos internacionales como la OMA, la OMC y la OCDE, y por acuerdos de facilitación comercial, han adaptado el Derecho Aduanero al uso de tecnologías de la información e Internet.
En el entorno de la pandemia atípica acaecida en 2020, generada por el COVID-19, que aceleró aún más la mundialización del uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, así como de la digitalización de documentos, vemos que los diversos países cuentan con tratados de libre comercio (TLC) o acuerdos comerciales de complementación económica (ACE), además de acuerdos de integración con organismos internacionales. Debido a esto, en México ya se habla de la revisión en 2026 del Tratado entre los Estados Unidos Mexicanos, los Estados Unidos de América y Canadá (T-MEC).
Este tratado es considerado en México como uno de los más modernos de los llamados “generación siglo XXI”, ya que aborda temas que tradicionalmente no tocaban los TLC’s, tales como asistencia recíproca en materia de pymes, turismo, ciencia, comercio electrónico, uso de herramientas tecnológicas e Internet, así como el reconocimiento mutuo y validez de documentos electrónicos y digitales, y otros aspectos relacionados con la administración aduanera y la facilitación comercial.
La inminente revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), constituye para México una coyuntura estratégica de trascendental importancia. Este proceso representa una oportunidad inestimable para profundizar la integración económica de América del Norte y garantizar la vigencia y relevancia del tratado. En consecuencia, México debe abordar dicha revisión con un enfoque preciso y pragmático, priorizando la resolución de los desafíos y temas sustantivos que verdaderamente inciden en sus intereses nacionales.