El Agente Aduanal mexicano es un empresario cuyo rol consiste en ser la persona física autorizada por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) mediante una patente, para promover por cuenta ajena el despacho de las mercancías en los diferentes regímenes aduaneros previstos en la ley Aduanera.
Una figura que fue materializada desde principios del siglo pasado en febrero de 1918 mediante decreto presidencial. Así, el Agente Aduanal ha sido una pieza fundamental para el comercio exterior mexicano al llevar sobre sus hombros una tarea titánica al ser quien mediante documento electrónico trasmita a las autoridades aduaneras y a través del sistema electrónico aduanero, un pedimento con información referente a las mercancías en los términos y condiciones que establezca el SAT mediante reglas, empleando la firma electrónica avanzada, el sello digital u otro medio tecnológico de identificación.
En este contexto nos damos cuenta de que el Agente Aduanal forma parte del órgano llamado Aduana y que sin más explicación es la primera línea en la que nuestro Estado Mexicano se hace valer al vigilar la entrada y salida de nuestro territorio y vela por él en materia de sanidad animal y vegetal, salud pública, medio ambiente y seguridad nacional, entre otras, obligando a quienes introduzcan o extraigan mercancías a que cumplan con las leyes que el mismo Estado estableció, otorgándole soberanía para hacer cumplir todos sus ordenamientos.