La reciente actualización de las proyecciones fiscales por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha generado un intenso debate en el panorama económico nacional. Con el ajuste al alza del déficit público para este año, elevándolo del 5.4% al 5.9% del PIB según los Precriterios 2025, evidenciando una brecha fiscal más amplia, que ya representaba la mayor en tres décadas.
Este aumento en el déficit se atribuye al fin de los principales programas de infraestructura impulsados por la actual administración. Sin embargo, se plantea que esta situación sea transitoria, manteniendo la deuda pública en un nivel sostenible del 50.2% del PIB, con la expectativa de que el próximo gobierno pueda reducir esta brecha prácticamente a la mitad para el año 2025.
Hacienda ha explicado que este ajuste se debe a gastos derivados de colocaciones de deuda en un contexto de altas tasas de interés, junto con el impacto inflacionario en la deuda indexada. A pesar de este incremento, el déficit presupuestario se mantiene en línea con lo aprobado, pasando del 4.9% al 5% del PIB.
Para el año 2025, se espera que la próxima administración logre reducir el déficit al 3% del PIB, manteniendo así la deuda pública estable en ambos años. Estas cifras se sitúan por debajo de las previsiones para otras economías emergentes, lo que sugiere una senda sostenible para la economía nacional.
No obstante, las métricas financieras proyectadas para el fin de este sexenio revelan un deterioro significativo respecto a 2018. Se estima que el déficit público casi triplique su cifra inicial, alcanzando el 5.9% en 2024. Asimismo, el SHRFSP se proyecta en un 50.2% del PIB, un aumento considerable respecto al 46.8% del año pasado y al 43.6% registrado al inicio de esta administración.