El comercio exterior del gigante asiático, ha crecido en nivel de importaciones más que las exportaciones y preocupa el efecto de las medidas contra la pandemia en el consumo.
Si bien el comercio exterior chino siempre ha tenido una trayectoria ascendente, en julio de este año, las importaciones crecieron más que las exportaciones. Concretamente, las primeras aumentaron un 28,1% en tasa analizada, mientras que las segundas se quedaron en una expansión del 19,3%, muy lejos de 32,2% que era lo registrado un mes anterior, en junio.
Una de las causas de este cambio, se debe a la base tan baja de la que partían. En agosto del año pasado, gran parte del mundo sufría aún confinamientos de índole diversa y el consumo en general, estaba por los suelos. Aunque si bien este efecto se va disipando, se prevé que la tendencia a la estabilización perdure en lo que queda de año.
El último rebrote del coronavirus en China ha provocado nuevos confinamientos perimetrales en muchas ciudades y la imposición de medidas pueden provocar un impacto en el consumo interno como en las actividades de manufactura, por ello “las exportaciones y los rebrotes del COVID serán las principales causas de la incertidumbre en los próximos meses”, afirma Zhang Zhiwei, economista jefe de PinpointAsset Management, en declaraciones al South China Morning Post.
El comercio exterior continúa siendo un motor de suma importancia en la economía de china, pues el gigante asiático lidera el comercio de bienes y servicios creativos a nivel mundial, impulsando incluso a toda una región.
La economía de este país, cada vez se ve más equilibrada gracias a la creciente importancia del consumo interno. Así el superávit comercial se va reduciendo poco a poco en términos porcentuales, aunque continúa aumentando en números absolutos: en julio, China vendió al mundo productos y servicios por valor de unos 282.000 millones de dólares y compró el equivalente a unos 226.000 millones, lo cual arroja como resultado un superávit de 56.580 millones de dólares, 5.000 millones más que en junio.
«Estos datos demuestran el fracaso del desacoplamiento impulsado por Estados Unidos», interpreta el diario oficialista Global Times. No en vano, el comercio bilateral entre las dos potencias creció un 40% en los primeros siete meses de este año. He Weiwen, miembro del Consejo de la Sociedad China para Estudios de la Organización Mundial del Comercio, sostiene que estas cifras demuestran que Estados Unidos no puede sustituir los productos chinos. “Estados Unidos ha tratado de forzar la salida de China de las cadenas de suministro industriales, pero sus medidas han sido ineficaces. Los aranceles no funcionan para castigar a las empresas chinas. Son ridículos”, sentencia He antes de pronosticar que el comercio bilateral alcanzará este año un récord histórico de 540.000 millones de dólares.