Los fondos buitre se caracterizan por su dureza para exigir el pago de las deudas que compran y han colocado en serias crisis a países como Argentina. Compran deudas a descuento y luego exigen a los gobiernos o empresas que colocaron el pago completo.
A raíz de que López Obrador anunció el 29 de agosto que cancelaría la construcción del NAIM, y la degradación consecuente de su calificación por parte de la agencia calificadora Moody’s, los bonos registraron una depreciación e incluso una parte del paquete fue vendida por sus adquirentes originales en el mercado secundario.
Por lo que, con la intención de evitar caer en default o impago por la decisión de cancelar la construcción del aeropuerto, lo que aceleraría el pago de los 6,000 millones de dólares adquiridos con ese propósito, Carlos Urzúa el secretario de Hacienda, presentó en Nueva York una oferta por 1,800 millones de dólares para recomprar los bonos del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).
Una porción habría sido adquirida por los fondos buitre que se especializan en la “carroña financiera”.
Lo que está haciendo el equipo de Urzúa es utilizar parte de los recursos del Fideicomiso del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (Mexcat) para recomprar los bonos que colocó.
Ese movimiento buscó -y logró- enviar un mensaje de tranquilidad a los mercados porque implica que el gobierno mexicano afrontará el pago de su deuda.
En sentido contrario, si el nuevo gobierno hubiera tomado la decisión de suspender las obras, en ese momento se hubiera incurrido en default y se habría activado el aceleramiento de la deuda.
La obra lleva un avance de 31% y su cancelación costará al país 100 mil millones de pesos, según los conservadores cálculos de Javier Jiménez Espriú, nuevo titular de la SCT. Por un momento se pensó que el gobierno daba marcha atrás en el “error de octubre” y que el proyecto de Santa Lucía, que un piloto de Aeroméxico llamó irónicamente La Central Avionera, pasaría a la historia.
Por otra parte, MOODY’S mantiene a revisión la calificación sobre los bonos. Su duda es por la proyección del TUA. Originalmente incluía proyección de ingresos del TUA por el actual AICM y el NAIM. El de Santa Lucía será de mucha menor dimensión y en consecuencia los ingresos serían menores. Por lo pronto el mercado cambiario reaccionó positivamente.