En el T-MEC, México se comprometió a tener un órgano regulador independiente en materia de telecomunicaciones, en este caso, el IFT.
Con la disminución de trámites para hacer negocios y la recuperación de confianza entre el empresariado, la Secretaría de Economía busca la atracción de capitales extranjeros a través de la relocalización de empresas chinas, coreanas, japonesas e inglesas en México. En esta tesitura, México ya “coquetea” con Ford para atraer la manufactura que sacó de Brasil por falta de incentivos fiscales.
Así lo adelantó Tatiana Clouthier, al informar que “estaremos muy pronto yendo a Sinaloa, hay una inversión interesante que viene con capital chino para la parte aeroespacial, junto con fondos de otra índole. También han mostrado su interés para algunas inversiones en el Sur-Sureste del país”.
Resaltó que la relación comercial con China va por buen camino, a nivel de organismos multilaterales como la Organización Mundial de Comercio (OMC), el G20 o el Foro Asia Pacífico, la cual ha derivado en crecimientos de doble dígito en comercio, pues nos concebimos como socios estratégicos.
La alta dependencia que tienen las empresas de Norteamérica de los proveedores asiáticos, principalmente China, quedó al descubierto tras la pandemia de COVID-19, ya que el cierre de las actividades productivas generó problemas de desabasto a cientos de compañías.
Cabe mencionar que esta crisis fue detectada por el gobierno federal con el fin de emprender un plan que permita a las empresas de esa región hacer más cortos los procesos de producción a través de la relocalización y aprovechas todavía más los beneficios del T-MEC.
Crisis da oportunidad a México para seducir capital de Asia
Por su parte, la Secretaría de Economía (SE) planea atraer inversiones principalmente de Corea del Sur, Japón y China o de otros países que tengan operaciones en dichos lugares, destacando las ventajas arancelarias que da el tener un acuerdo comercial con la principal economía del planeta: Estados Unidos.
el comercio entre México y Asia no es nuevo, pues data desde el siglo XVI, cuando utilizando la Nao de China o Galeón de Manila, marineros españoles cruzaban el Océano Pacífico para llevar y traer mercancías a la Nueva España.
Además del T-MEC, que entró en vigor en julio de 2020, y la vecindad que se tiene con Estados Unidos, la economía más grande del mundo, hace falta conocimiento mutuo, es decir, México tiene que conocer las costumbres y cultura de cada país al que se quiere acercar en Asia; y las empresas e inversionistas deben tener conocimiento de cómo se hacen las cosas en el país.
Esa falta de conocimiento ha hecho que, por ejemplo, en el caso de China se hayan cancelado proyectos como el Tren Rápido México-Querétaro, el complejo Dragon Mart y la hidroeléctrica de Chicoasén, Chiapas. Esto puede provocar incertidumbre para más capital asiático que busque aterrizar en México.
“El nivel de conocimiento mutuo es una tarea que necesita muchísimo impulso”, señala Amapola Grijalva, presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio y Tecnología México-China, que busca ser el vínculo para hacer negocio entre ambas naciones.