El 11 de marzo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intensificó la guerra comercial con Canadá al anunciar un incremento en la tasa de aranceles para los productos de acero y aluminio provenientes de su vecino del norte. La tasa pasará del 25% al 50%, un aumento significativo que duplica lo previamente previsto. Este movimiento se da en el marco de las tensiones comerciales que han marcado la relación entre ambos países en los últimos años.
Este ajuste en los aranceles llega tras los anuncios previos de Trump, quien había adelantado una subida de tarifas para los productos provenientes de Canadá y México, con un enfoque particular en las industrias clave como el acero y el aluminio. Sin embargo, el aumento al 50% pone a la economía canadiense bajo un mayor escrutinio y genera incertidumbre en los mercados internacionales.
Desde Canadá, la respuesta no se ha hecho esperar. El primer ministro entrante, Mark Carney, dejó en claro que su gobierno no retirará los aranceles impuestos a los productos de Estados Unidos hasta que el gobierno de Washington «muestre respeto» hacia Canadá y se comprometa de manera sólida con un comercio «libre y justo». En sus declaraciones del martes, Carney subrayó que la postura canadiense seguirá firme, y que el país no cederá ante la presión económica de la administración estadounidense.
Estas nuevas medidas y declaraciones subrayan una escalada en la guerra comercial entre ambas naciones, que ya había visto alteraciones significativas en el comercio de acero y aluminio, sectores clave tanto para Estados Unidos como para Canadá. La decisión de Trump de duplicar los aranceles no solo afectará las relaciones bilaterales, sino que también podría tener implicaciones en las negociaciones comerciales futuras entre los dos países y con otros socios comerciales internacionales.
Este episodio en la continua saga de tensiones comerciales marca un punto álgido en una relación que, hasta ahora, ha sido marcada por disputas y desafíos en torno a los acuerdos comerciales y las políticas de aranceles. Sin duda, este nuevo giro en la historia de los aranceles promete seguir dando de qué hablar en los próximos días.