De los problemas actuales que enfrentan los lazos entre China y Occidente, uno de los temas más sensibles en Beijing son los cuestionamientos sobre el origen del virus COVID 19. Durante el año pasado, China contestó al impulso de Australia, asociado con Estados Unidos, para realizar una investigación independiente sobre el origen del virus con aranceles a las exportaciones de su cebada y vino. Más tarde, Beijing ha reprobado los llamados a una mayor transparencia por motivos políticos, e intentado quitar las sugerencias de que provenía de un laboratorio de Wuhan con teorías que conducen desde las importaciones de alimentos congelados hasta un lanzamiento de las instalaciones biológicas de Estados Unidos.
Esto hizo que el replanteamiento de la teoría del laboratorio fuera aún más significativo, ya que el presidente actual Joe Biden, al darle a las agencias de inteligencia 90 días para tener una conclusión definitiva sobre el origen del coronavirus. Este nuevo decreto se produjo debido a las presiones políticas después de unos informes que inferían que el antiguo gobierno de Trump había ignorado estos informes de manera temprana. Así mismo, Facebook declaró que dejaría de eliminar publicaciones referentes a que el virus había sido creado por el hombre.
Esta investigación se produce en un momento delicado entre Estados Unidos y China, ya que ambos quieren ir más allá que en el antiguo gobierno. Aunque las sanciones impuestas por la antigua administración, como los aranceles, siguen en pie, el gobierno de Bidenha intentado abrir un nuevo diálogo con Beijing; Janet Yellen, secretaría del tesoro, sustentó su primera llamada con el viceprimer ministro Liu He el martes por la noche en Washington, después de tener una conversación con la representante comercial de EU, Katherine Tai.
Biden quiere enmendar una prohibición de inversiones en empresas vinculadas al ejército de China después de que varias empresas la impugnaron con éxito en los tribunales. Pese a esto, los resultados de la investigación de fugas de laboratorio podrían exponer a Xi Jinping, especialmente si llega antes de la cumbre del Grupo de los 20, en la que se planea reunir con Biden. Bonnie Glaser, directora del Programa de Asia en el German Marshall Fund de los Estados Unidos, comentó: “La cuestión del origen del virus está profundamente relacionada con la legitimidad del PCCh, por lo que no espero que China se vuelva más transparente; luchará contra esto sin descanso”. “Dicho esto, es poco probable que China use las formas de coerción económica contra Estados Unidos que está usando contra Australia, en parte porque teme represalias estadounidenses en forma de nuevas restricciones a la alta tecnología”, mencionó. “También teme la espiral descendente de la relación entre Estados Unidos y China a niveles peligrosos”.