“No es cierto que a los jóvenes no les interese la política, lo que hay es desconexión entre la agenda de los políticos y los ciudadanos”. Diego Bassante, manager Latin America Politics and Government de Facebook.
La pertenencia a una determinada comunidad política la denominamos ciudadanía, en donde la dimensión participativa es una actividad fundamental para la democracia, además de legitimar a un sistema político.
Los niveles promedio de participación electoral en México para elecciones presidenciales (62.08%), son comparables, o incluso mayores, que los de algunas democracias consolidadas como Francia (49.35%), Estados Unidos (67.95%), España (68.94%); Canadá (61.49%) o Reino Unido (65.77%).
Según datos del Instituto Nacional Electoral (INE), la lista nominal de electorales al 30 de marzo cuenta con 89 millones 333 mil 334 ciudadanos. De esa cantidad 35 millones 859 mil 129 (40%) son jóvenes cuyas edades van de los 18 a 34 años. El número de jóvenes que tiene 18 y 19 años, que ya está en posibilidades de votar el primero de julio próximo es de cuatro millones 34 mil 503.
La mayoría de los jóvenes no leen prensa escrita, no escuchan noticiarios de radio, pero sí ven noticiarios en la televisión. Si bien no están informados de una manera tradicional, sí lo están vía redes sociales.
Como nunca antes la elección presidencial del 1 de julio no se definirá por los spots ni las propuestas o los debates, sino por la percepción que logren construir los aspirantes en las plataformas como Facebook, Twitter y YouTube. La comunicación para ese nicho de mercado de nuevos electores es a través de los teléfonos, del internet, de las redes sociales. Los candidatos presidenciales lo saben y hoy su estrategia de campaña está dirigida hacia el terreno digital y los nuevos votantes
Hoy es difícil que los políticos engañen a la población, pero es más difícil todavía que engañen a los jóvenes… La mejor forma en que los partidos políticos o los políticos pueden conectar con los jóvenes, es primero siendo auténticos, o sea, que no les estén mintiendo. No le puedes vender a los jóvenes una figura que no eres porque ellos a final de cuentas con un clic van a poder investigarte, saber tus fotos con tu Facebook, con tu Twitter, con tu Instagram.
La firma de gestión digital, Hootsuite dio a conocer los resultados del estudio “La tecnología digital en México en el 2018”. Según lo asentado, la población en México fue establecida en 130 millones de habitantes. El número de usuarios de Internet en 85 millones. La citada fuente estimó 83 millones de usuarios activos de medios sociales en el país (65% de la población total).
El total de usuarios de Facebook en México, según la citada fuente, fue estimado en 83 millones (9 % más que en enero de 2017). Además, 94% de los usuarios de Facebook acceden a través de teléfonos inteligentes o dispositivos móviles. Y fueron estimados 20 millones de usuarios de Instagram.
En México, el tiempo promedio diario dedicado a internet, a partir de uno o varios dispositivos, fue estimado por Hootsuite en 8 horas, 17 minutos, de las cuales, 3 horas y 7 minutos son dedicados a redes sociales.
Sin embargo, los candidatos a la Presidencia de la República parecen no haber descifrado la manera correcta de utilizar las múltiples plataformas digitales a su favor. Hasta ahora sus contenidos publicados en las redes sociales han estado basados en proyectar una imagen ciudadana que nadie cree, en lanzar ataques contra sus contrincantes, para demostrar sus habilidades fuera de la política o para enmendar errores de forma humorística.
El pasado 30 de marzo iniciaron las campañas electorales y seremos sometidos a 22.9 millones de spots durante 90 días, con la esperanza de que produjeran spots más entretenidos y menos acartonados, que generen recordación, emoción, algo, lo que sea, que sean memorables.
Meade abanderó el tema de la corrupción y Zavala, el de la seguridad. Anaya prefirió irse por la tecnología, mientras que López Obrador decidió recordar que no pagaría la pensión de los expresidentes, que vendería el avión presidencial que no tiene ni Donald Trump y que no era chavista, ni trumpista, pero sí juarista, maderista y cardenista. Es decir, nada que no hubieran dicho antes los candidatos.
A pesar del mal uso que algunos actores políticos han dado a las redes sociales hay otros que han hecho un gran trabajo. A nivel nacional los ejemplos más claros son tanto el Gobernador con licencia de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” y el candidato independiente a una senaduría, Pedro Kumamoto.
Fuera del país algunas de las campañas que deben su éxito al buen manejo de sus plataformas digitales son la de Emmanuel Macron, quien logró convertirse en el presidente más joven de Francia o Barack Obama quien se consagró como el primer mandatario del país más poderoso del mundo.
Las demandas de los jóvenes mexicanos varían según la edad. Para los que tienen entre 12 y 15 años, lo más importante es que existan lugares deportivos y de esparcimiento; para los que tienen entre 15 y 18, entrar a la preparatoria y tener becas para continuar sus estudios; para los de 18 a 22, tener un espacio en la universidad y oportunidades de estudiar en otra ciudad o país. Finalmente, para los de 22 en adelante la preocupación principal es el tema laboral y las oportunidades para emprender un negocio y tener una vivienda propia.
Algo que no deben perder los candidatos de vista, es que los jóvenes mexicanos “se mueven por causas más que por intereses” y el ejemplo más claro fue su respuesta tras los sismos que golpearon a la Ciudad de México y otras entidades del país el pasado mes de septiembre.
Hoy tenemos una juventud mucho más informada, mucho más preparada y mucho más consciente. Y creo que a todos nos queda claro que lo que vivimos con los sismos nos demostró que los jóvenes están actuantes y que están preocupados por lo que pasa en el país. Por eso la juventud se mueve por causas más que por intereses. Era la causa de poder rescatar a muchas personas.
Entonces los candidatos deberían buscar una causa para los jóvenes.
¿Cuál puede ser? Abatir el rezago educativo, reducir los índices de embarazos en adolescentes, bajar los suicidios que se dan en el país, apoyar mucho el tema de la prevención de la cultura de la violencia y la delincuencia. Si los candidatos involucran a los jóvenes con estas causas va a haber una gran participación.
La lección de Costa Rica el domingo 2 de abril -donde el candidato oficialista le ganó por 20 puntos al abanderado evangélico, contra la mayoría de las previsiones- nos obliga a seguir la realidad de las campañas.
Y la realidad de las campañas también es la incertidumbre y la emoción electoral que se va construyendo día con día.
Por eso los indecisos serán indecisos hasta el final.
Porque más allá de las interesadas percepciones que los candidatos nos comparten, esta elección se definirá por los votos de clóset, en medio de una competencia de candidatos recíprocamente estigmatizados.
“Los jóvenes si están interesados en la política, pero no en la tradicional: lo vemos obsoleto… Con el sismo 19S demostramos que así es, que sí queremos participar”. Armando Regil, fundador y presidente de IPEA.